domingo, julio 17, 2011

Las cosas buenas de la vida

Una mujer maravillosa (Suyay, ya escribiré sobre ella en algún momento) me dijo hace poco, después de aguantar uno de mis ataques de pesimismo:

"A mí los bebés me hacen acordar de que existe algo bueno en la gente...aprovechá que vas a verlos. Capaz sos un poquito más feliz."

¿Díganme si no son los bombones más comestibles
que vieron en sus vidas?
Así es, este fin de semana conocí a mi sobrinita Mía, de tres meses y me reencontré con Vinchu, que porta unos relucientes dos años y medio. 
Y soy bastante más feliz que antes. No voy a empezar a disertar sobre lo maravillosa que es la inocencia de los niños. Simplemente me voy a babosear con mis sobrinos, que son de los bebés más preciosos, compradores y simpáticos que conozco. A pesar de que Vicente no paró de pelearme y decirme fea en todo el fin de semana, como lo alternaba con ojitos y besos, una no puede más que adorarlo. Ciertamente tiene carácter de líder: le encanta indicarle a todos los presentes qué hacer, cuándo hacerlo y dónde tienen que estar. Y por supuesto, todos vamos a cumplirle el deseo...como les digo, es muy comprador...(qué lindo escucharlo decirme tía). 
Mía es una princesa...pocas bebés tan lindas existen...paaaaaaaaaancha como ella sola Y adelantada, como buena miembro de mi familia: con 3 meses ya tiene su primer diente. Y con el hermano que tiene...y su apetito voraz y sano xD, no le queda otra que apurarse...antes de que arrase con toda la comida de Pergamino.
Por suerte mi tío administra bien las raciones jeje. (Se, hago chistes sólo para entendidos).
Ciertamente ver a mi primos y mis tíos también colabora con sus granitos de felicidad. Qué linda familia que tengo.

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