miércoles, julio 20, 2011

No da igual que escribas mal

EL ESTILO DE CIERTOS GRAMÁTICOS. Me hace acordar
 a la musculatura de los atletas profesionales de circo.
Heterodoxia; Ernesto Sabato.

Voy a seguir insistiendo en que es terrible que el mismísimo Diseño Curricular de Prácticas del Lenguaje para la enseñanza primaria de la Nación Argentina plantee, luego de llenarse las páginas defendiendo el valor y el respeto por la diversidad, que es necesario enseñarle a los alumnos los usos del lenguaje más formales y más valorados por la sociedad.
Probando, probando...¿alguien entiende lo que digo?
Porque, en el mismo momento en que estás valorando más un uso que el otro, la diversidad se fue al carajo.
Sin embargo, he aquí el problema: efectivamente vivimos en sociedad. Y efectivamente esa sociedad -valora- más una forma lingüística que otra. Razón por la cual, si no la enseñás, estás dejando afuera del sistema a todos aquellos niños que no tienen oportunidad de aprenderla fuera de la escuela.
Sin embargo, yo, que soy una defensora de la ortografía y del buen uso del lenguaje; y que he meditado mucho en busca de argumentos que hicieran válida esa defensa, he llegado al siguiente pensamiento:
¿Por qué es importante escribir lo más correctamente posible según nuestro lenguaje? Porque siendo que el mismo es polisémico e imperfecto por su mismo carácter cultural; y teniendo en cuenta que uno de los objetivos de utilizarlo es poder comunicarse con otros, es un requisito ineludible que, al hacerlo, se sea lo más claro posible dentro de sus inherentes fallas.
Para poder ser claros tenemos muchísimas herramientas de cohesión y coherencia. De puntuación y ortografía. ¿Por qué no usarlas entonces? ¿Porque el tener que pensar en ellas dificulta la concentración en lo que efectivamente quiere transmitirse? Pues, cuando comenzaron a escribir, también les era dificultoso dibujar los grafemas. Y aún así, habrán descubierto (espero) que con la práctica y el entrenamiento, ello deja de ser un problema...a no ser vagos, ¡carajo!
¡¿Por qué decís eso?! ¡Yo no dije eso, dije aquello!
(o) ¡Eh, guacho, te vo` a mata`!
Aún así, mi tesis pierde sostén en cuanto intentamos comunicarnos con alguien que no maneja de igual manera que nosotros las herramientas de las que hablo. Incluso cuando lo hacemos con una persona que no se expresa igual que nosotros.
Si nuestro objetivo (en este caso) es comunicarnos, entonces lo lógico sería aprender a hacerlo en todas las situaciones que pueden presentársenos, de la manera más adecuada. Pero es imposible aprender la holística de cada situación.
Entonces, lo que debería enseñarse...lo que debería aprenderse, es la capacidad de adaptarse a los diversos situaciones y medios comunicacionales para poder usarlos de manera que sean útiles a nuestros objetivos. Es decir, se debe aprender que el lenguaje es una herramienta y no un fin en sí mismo.

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