No me puedo dormir, me duele la panza y -realmente- necesito unos mimos.
Pero no sé qué mimos quiero ni de quién.
A estas alturas, probablemente mi madre sea la mejor opción. Pero está durmiendo y si la despierto a esta hora; y teniendo en cuenta que tengo 21 años, probablemente me mande a freír churros.
Así que escribo y me mimo sola, mientras no paro de pensar en lo que podría ser. Ay, si solamente dependiera de mí...
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