domingo, julio 17, 2011

Welcome to the jungle

Quiero compartir con ustedes algo que escribí hace unos siete meses...que es tan lejano y tan real, que me parece terriblemente hermoso...

"Es necesario que te cuente todo. ¿A quién sino a vos le podría contras todas estas cosas que hacen doler el corazón? Dice, y es cierto, que el corazón no duele, pero creélo, a momentos me digo: ¿Para qué vivir? ¿A dónde va la vida si yo soy así? ¿Te das cuenta? Vos tenés que ver todo lo que he cavilado pensando estas cosas. Mirá, ni debía contártelas. ¿Cómo es eso de que uno le hace una canallada a una persona, luego se acerca y le cuenta sus más íntimos secretos, y no siente remordimientos? ¿Qué vida es esta si hacemos una barbaridad y no sentimos nada? ¿Comprendés vos esto? De acuerdo a lo que hemos estudiado en el colegio, el crimen termina por volverlo loco al delincuente, ¿y cómo es que en la realidad vos hacés un crimen y te quedás lo más tranquilo?" (Los 7 locos, Arlt).
¿CÓMO ES ESO? EXPLÍQUENME. Un crimen, un crimen, un crimen. Un crimen es que una persona sea engañada tantas veces y siga confiando aunque cada célula de su cuerpo le diga que NO, NO, NO. 
Y aparece este libro tan interesante, Damasio lo escribió, sobre cómo en realidad los sentimientos afectan notablemente el razonamiento y es lo que permite que en realidad sea efectivo. 
Y una persona tan intuitiva es incapaz de darse cuenta de las cosas que intuye. O acaso prefiere no hacerlo.
Porque es así: Uno comete un crimen y después va y lo cuenta impunemente. Si tiene al menos una pizca de sinceridad. Si no es, además del criminal más sucio y embustero, un hipócrita asqueroso que tal como describe tan bien el amigo Arlt, piensa y sabe perfectamente bien todo le mal que hace y todo lo hipócrita que es, pero acaso se sienta con el otro a contarle sus más íntimos sentimientos y hasta a llorar por lo mucho que se espera de él y porque es solamente una persona.
Aunque acaso eso de decir que solamente es una persona también es una mentira y en realidad lo que busca es ser redimido por aquel otro al que sabe que ha herido pero a quién no tiene ganas e serle franco para reconocer toda la mierda apestosa que lo llena.
O acaso simplemente jamás se siente a hacer tamaña reflexión y en un mundo perfecto, lleno de rosas amarillas, la música actúe como Soma y alguien haya entendido a la perfección la ley del más fuerte.
¿El más fuerte?
"Where do we go?" (Sweet child of mine - Guns N´ Roses).
¿Qué hacemos ahora? Luchamos, nos caemos, lloramos desconsolados porque acaso en la caída aterrizamos en todas las espinas de su campo de rosas. Nos levantamos y seguimos llenos de agujeros infectados, hasta que agarramos un mazo y de la manera más cruenta asesinamos a todos.
O nos enamoramos, encontramos nuestro propio Soma; y salimos a cagarlo sobre la cabeza de algún otro acaso tan justificadamente como quien lo cagó sobre nosotros, o más. Y así, perdonamos al primero y estamos perdonados.
Aunque en realidad es algo muchísimo más simple.
"¡Es algo maravilloso! Imagínese un general en un campo de batalla...todo está perdido, y de pronto, clara, precisa, se le aparece una solución que jamás había soñado concebir, y que, sin embargo, tenía allí, al alcance de su mano, en el interior de sí mismo." (Los 7 locos, Arlt).
Entonces te destornillás de la risa. Tanto te reís, que empiezan a llorarte los ojos lagañosos y de entre tus dientes salen disparados chorros de saliva pegajosa de la sangre de tus encías hinchadas de tanto morderte las uñas. Y mientras en el mundo feliz del otro suena alguna musiquita de telenovela, vos te doblás de la risa y ahí nomás le vomitás toda la mierda que hay adentro tuyo, lo cubrís con un montón de fluídos, sangre, saliva, lágrimas y barro y casi sin respirar de las carcajadas, te vas y lo dejás con su campo de rosas, que en verdad sabés que tus excrementos ayudarán a fermentar, pero con la satisfacción de haberlo cubierto en la más absoluta mierda.
Aunque debieras saber que no hiciste más que devolver o destapar. Si el que le roba a un ladrón...por qué no el que se caga en un barril sin fondo de desperdicio.
Y entonces, decía, la solución es simple y pacífica: alejarse de lo que hace mal.
"Porque te trataba y vos me tratabas no pudiéndonos `pasar´. Veía porque viniendo te hacía sufrir y sufría. Todos los días me decía:`No iré más...no iré más...´ Pero en cuanto llegaba la hora, me ponía nervioso. Era como si me llamaran desde algún lado, y entonces me vestía apurado...venía..." (Los 7 locos, Arlt).
La maldita rutina, le dicen.
La maldita costumbre social del hombre, le dicen.
Y es que estas cucarachas gigantes no pueden vivir sin otro, sin alguien en quién apoyarse, a quién usar, con quién competir y sentirse acompañados, entendidos, superados o superiores.
Tan necesario es el otro como tan egoísta es el uno.
Pero tan mal te hacía, que decidiste alejarte.
"¿De dónde sacaba ese hombre energías para soportar su espectáculo, tanto tiempo? No hacia otra cosa que examinarse, que analizar lo que en él ocurría, como si la suma de detalles pudiera darle la certidumbre de que vivía." (Los 7 locos, Arlt).
Nunca vas a entender tus repentinos cambios de humor. El mecanismo por el cual en un momento sos feliz y al instante siguiente te dan nauseas por todo el resentimiento y los celos que te rodean y que te llenan. Enseguida estás gritándole a todos y la sola sonrisa de un bebé te pone de nuevo hecho una seda.  Y ya estás planeando tu futuro y tu casa, tus hijos, tu pareja y tu mundo feliz. Tu mundo feliz lleno de sombras.
"Insisto. Un muerto que tuviera el poder de conversar no hablaría más que él, para cerciorarse de que en apariencia no está muerto." (Los 7 locos, Arlt).

"Prefiero sentir intensamente, incluso aunque eso me depare terribles sufrimientos, antes que vivir como una ameba. Aún cuando eso me termine matando."








Especialmente dedicado a Anabella Tuliano y a su mundo feliz, lleno de rosas amarillas.

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