Por qué me considero una loca

Creo fervorosamente que la gente vive ciega. Más aún: estoy convencida que en muchos casos esa ceguera es una decisión subconsciente. Hablaremos mucho sobre la supervivencia en este blog. Y el no ver las cosas  es definitivamente la primer habilidad que debe aprenderse.

Siempre dije que la gente no piensa. Claro, los medios de comunicación y la forma en que nos mastican la información está ideada para propiciar eso. ¡Qué genialidad la de Orwell!

Look at me...if you dare

Pero toda esa maquinaria tan perfectamente diseñada es simplemente una herramienta que tiene la gente para lograr su subsistencia.

El ser humano -elige- no pensar. Porque en cuanto uno comienza a hacerlo, se da cuenta de que, si bien no todo es una mierda, nuestra especie es el parásito por excelencia. Toma noción de todas sus desgracias. Y muy pocas veces se anima a seguir meditando para llegar a la conclusión de que en todo hay algo positivo. (En muchos casos porque es copadísimo hacerse el víctima o ser un bohemio intelectualoide, decepcionado del mundo y de la vida).

Así que, como decía, la gente cuerda e inteligente por lo general elige no pensar.

Yo, en cambio, elijo hacerlo. Y no solo eso, sino que me animo a no parar de hacerlo aunque sienta que se me caen la piel y el alma a jirones. Y más aún, salgo a vomitarle mis verdades al mundo.

Así es, soy una loca.