...se olvidó de la lección más básica de todas.
Y la doncella de cristal
sumó otra rajadura
que atravesaba su pecho
que rasgaba su perfecto exoesqueleto.
Dicen que el cristal es duro.
Lilith, de carne y hueso,
tomaba otra vez el lugar
y le recordaba, entre carcajadas burlonas:
"no deberías confiar en nadie".
(27/08/2010).
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**Tengamos todos los ataques de histeria y bronca necesarios, para después seguir siendo buenas personas**
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